sábado, 9 de diciembre de 2017

¿Para qué?


"¿ Es Sabiduría contender con el Omnipotente?" Job 40:2 el que disputa con Dios, responda a esto.

(Job respondió:) "Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía." Job 42:3

Hay días en los que todo va bien. Hago mi trabajo con ánimo y tarareo alegremente mis canciones preferidas. Pero también hay días en los que todo va mal, por ejemplo cuando el sufrimiento está ahí y me azota sin cesar. Entonces las preguntas vienen una y otra vez a mi mente: ¿Para qué....? ¿Para qué vivir? ¿Para qué luchar? ¿Para qué hacer el bien? Por mucho que me esfuerce, no encuentro una respuesta lógica por mi mismo. No me queda otro remedio que recurrir a lo que pienso en lo profundo de mi ser, a los que creo. Y hay dos posibilidades:

1. Me niego a reconocer que Dios dio origen a todo, incluido mi inteligencia y mis sentimientos, y entonces tropiezo con otras preguntas sin fin. ¿ Por qué existimos?¿Por qué existe el sufrimiento?¿Por qué existe el bien y el mal?¿Por qué hay esperanza, por qué la muerte...?

2. O acepto creer en Dios. Entonces todo se ilumina progresivamente. No soy solo una combinación de células cuyo origen es inexplicable, sino una persona que tiene una conciencia, capaz de hacerse preguntas y de comprender. En otra palabras, soy un ser humano creado por un Dios personal, y no indefinido y lejano, un Dios vivo que piensa, ama y actúa sin cesar. La fe en dios y en su Palabra da así un sentido a mi vida y me libera de mis preguntas revelándome la verdad. Es cierto, quizá todas las preguntas no sean resueltas, pero puedo confiar en mi Dios quien vela sobre mí en todas las circunstancias de mi vida.

No olvidemos que Dios nos sostiene de su mano y de ella nadie nos podrá arrebatar. Bendiciones!

Fuente: "La Buena Semilla" 116 Perroy


sábado, 11 de noviembre de 2017

Te invoque en el día de mi angustia


Aflicciones, angustias, tristezas, y todo lo relacionado a ello nos puede llevar a una reflexión a que nuestra vida no tiene sentido y que está llena de decepciones y tristezas. Cuando recibimos una mala noticia sobre alguna enfermedad grave o que algún ser querido está enfermo de gravedad, empieza una odisea, en la que nadie le gustaría estar, pues es ahí donde comienza la incertidumbre, estrés, angustia, tristeza y muchas veces la impotencia termina por lapidarnos. Esto es parte de la vida y muchas veces es responsabilidad nuestra, no es un castigo o sentencia que nos manda Dios, pero para un cristiano que pueda estar pasando una lamentable aflicción,en medio del dolor que como seres mortales y humanos sentimos; Dios, el todopoderoso, nos muestra una salida, una luz en medio de la oscuridad, se abre aún más a escuchar tu llamado, Él mismo nos pide que lo invoquemos, para poder librarnos de la aflicciones que este mundo nos trae. Pues Él es el único que podrá darte la salida, la ayuda y la serenidad que necesitas en tu corazón, para afrontar tus malos momentos. Lo único que tiene que hacer un cristiano es tener Fe, que en cada conversación que tengamos con el Señor a través de la oración, exprecemos nuestras cargas y le pidamos de corazón que nos ayude a librarnos de nuestras aflicciones que nos agobian, que nos sostenga de su mano y no nos deje, que se gloríe en nuestras tribulaciones para así poder honrarlo aún mucho más, porque el señor escucha a su siervo y fiel es el señor nuestro Dios para con sus hijos, bondadoso y misericordioso es el señor. Y cuando el señor nos libre de las aflicciones seguro vendrán más, es por ello que una vez que dejamos nuestra vida en Cristo tenemos que vivir para Él y como Él, y no habrá nada en el mundo que pueda alejarnos de la mano del señor. Más bien nos queda compartir nuestro aprendizaje de Fe y las maravillas que el señor nos concede. Invoquemos al Señor en el día de nuestra angustia y El señor nos librará y nosotros lo honraremos hasta la eternidad. Bendito sea el señor y bendita sea su misericordia. No tratemos de entender lo que el señor quiere de nosotros solo intentemos seguir su camino y escucharlo a través de nuestro corazón y de su palabra, Él nos conoce y sabes nuestras necesidades y siempre nos dará lo necesario y nos salvará de muerte, para tener vida eterna.

 "Invócame en el día de la angustia;Te libraré, y tú me honrarás" Salmo 50:15 ... Dios Te bendiga!